domingo, 18 de enero de 2015

Aceptación de la sexualidad


Existe una tendencia general a sentirse avergonzado cuando ciertas conductas sexuales son reveladas; por lo general se intenta mantener ocultos no sólo los actos que pueden ser juzgados negativamente por los otros,  sino también los deseos sexuales, dado que se nos ha impuesto moralmente una apreciación negativa hacia todo tipo de sexualidad, incluso hacia aquella que es socialmente aceptada que es la de una pareja unida en matrimonio, pues a pesar de la aprobación, hay un tabú que no permite hablar libremente del sexo y de las prácticas sexuales. 
Son pocas las personas que se sienten desinhibidas sexualmente para hablar abiertamente del tema y hacer lo que desean, pero son altamente criticadas por la sociedad y deben cargar con el peso de la discriminación.
Por qué debe ser mas importante agradar al otro que satisfacerse a si mismo? por qué importa y afecta el que dirán? por qué negarse el placer propio? por qué mentir sobre ello? por qué me tengo que sentir ofendida si alguien me dice puta? por qué palabras como lesbiana, marica, gay, perra, zorra, puta, promiscua, etc, son insultos? que nos hace creer que una clase de personas es mejor que otra? por qué convertimos un rasgo de la personalidad en un insulto? por qué sentirse superior a otros? son simples decisiones de vida, algun@s son felices estando con una sola persona, otros encuentran placer en la variedad y la libertad que se experimenta; un@s son felices estando con personas del mismo sexo, otr@s con las del opuesto y por qué eso habría de ser motivo de burlas, insultos, humillaciones? cómo una decisión sobre los gustos sexuales puede establecer que alguien es superior a otro? acaso no se nos ha mostrado que es importante respetar los gustos? quien utiliza la palabra cristiano o protestante o budista para insultar?
Considero importante reconocer  y aceptar los gustos e inclinaciones sexuales de uno miso y de los demás; aceptarse a sí mismo, tener una sexualidad abierta, sin verguenzas, ni culpas es liberador.

jueves, 15 de enero de 2015

Aprovechar lo que se puede


Muchas veces la resignación es vista de forma negativa y se supone que es importante luchar por lo que se desea; es como decir que no existe el destino y si existe no lo acepto, porque yo construyo mi vida, soy el o la arquitect@ de mi propio mundo, no obstante, cada quien es arquitect@ de su mundo individual y las libertades llegan hasta que nos encontramos con los límites de los otr@s; por ende, hay mucho que se escapa de nuestras manos y es ahí donde la resignación toma peso, pero no una resignación derrotista que hace pensar: no pude lograrlo, es una aceptación de los hechos que nos permite mantener el control sobre nuestras propias vidas y decisiones a pesar de las influencias exteriores.
Cuando los acontecimientos se desarrollan de forma independiente y quizá contraria a los deseos propios, se hace difícil aceptar la realidad, primero llega la negación y luego una lucha incansable por lograr lo que se desea, que mas que lucha es un capricho en el que sólo se piensa en la meta, pero no se diseñan estrategias para acercarse a ella. Viene entonces la frustración diaria por no poder lograr lo que se desea, creando amargura en nuestras vidas, quitándonos el timón de nuestra propia existencia, entonces por creernos arquitectos perdemos la noción de lo que es un ladrillo y nunca mas podremos construir.
Cuando se logra aceptar la realidad, se puede continuar en el camino y en muchas ocasiones una debilidad se convierte en fortaleza; al aceptar se está soltando y se deja fluir la corriente y como ya no está la presión por aferrarse a algo, entonces se puede disfrutar de todo lo que brinda esa nueva ruta.
Sé que lo ideal cuando te esta llevando la corriente es aferrarse a cualquier rama, pero y si no hay ramas, para que sufrir en busca de una?  si estoy cayendo desde las alturas sin un paracaídas, a que me aferro entonces? no sería mejor si pudiera resignarme y disfrutar del paisaje que se me ofrece en los últimos minutos? Cuando el control se escapa de nuestras manos, es mejor dejarlo ir, quitarnos la desesperación por aferrarnos a eso que ya se ha ido o que nunca ha estado, disfrutar de todo lo demás que en realidad es demasiado, pero la venda que se ha mantenido no ha permitido tomar conciencia de ello.