JUST LET THEM GO

El universo ha sacudido mi ser de forma cruel, pero eficiente. Que queda cuando un ser al que se ama desaparece? cuando cruza la barrera entre los mundos y se esfuma para siempre? quedan los recuerdos en el alma, en la mente y los físicos y hoy me ha sido arrebatado mi gran baul de los recuerdos y es ahora cuando descubro el apego tan grande que tenía a ellos; Estaba llevando la pérdida relativamente bien, pero al descubrir que se llevaron lo único tangible que quedaba de ciertos seres, el mundo se nubló y sólo quedó dolor y tristeza; no hubo mas que llanto y desesperación y empieza a sonar una canción "...just let them go" y comprendo que debo hacer a un lado todos mis apegos y este es quizá el segundo apego mas grande que tengo, el primero es los seres que amo.
Me doy cuenta de que he pasado tanto tiempo aferrada a los recuerdos que me he negado a vivir este momento, los eventos del presente toman mayor fuerza cuando se convierten en un recuerdo del pasado y siempre miro atras sintiendo como si cada momento del pasado hubiese sido mejor, pero en un futuro, cuando este presente sea mi pasado, entonces seguramente lo valoraré como algo muy bueno, porque este momento es EL MEJOR, aqui y ahora en este preciso día, 24 de diciembre del 2014 a las 11:53 am, habiendo perdido totalmente todo recuerdo y todo trabajo realizado, todo por lo que alguna vez me había esforzado; justo aqui y ahora descubro que este es el mejor momento de mi vida y lloro, aun sigo llorando, pero ya no es por esa perdida sino por dejar mi pasado donde siempre debió estar: ATRÁS; hoy me estoy despidiendo de mi misma, de quien fui, de lo que viví, hice, pensé, analicé, guardé y compartí y me saludo hoy, ahora y me acepto.

Siento la presión en el pecho, pero tambien siento la tranquilidad que da la libertad, mi mente quiere aferrarse al dolor por la pérdida de los recuerdos, pero intento acallarla explicandole que no es el recuerdo lo que importa, es haber disfrutado de cada momento vivido y creo que es para ello que esto me ha sucedido, para dejarlo atrás todo y encargarme de mi presente, de cada instante en cada día. Para dejar atrás todo apego, porque los apegos no permiten vivir; los apegos hacen que se tenga miedo.

Estoy dando un paso muy dificil, aqui, en este momento y no quiero ya dar vuelta. Mi mente me dice que estoy renunciando a quienes he amado, que los estoy traicionando y me tortura con ese pensamiento, pero yo sé que hay algo mas importante y fuerte detras de todo ello, no me voy a dejar vencer, no me voy a dejar convencer, porque este es MI DIA DE SUERTE, hoy no lo perdí todo, hoy acabo de recibirlo todo, ACABO DE GANAR, se me ha otorgado la verdad, la luz me ha sido entregada; ahora tengo la llave para encerrar mi pasado y vivir cada día y no la voy a desaprovechar, la voy a utilizar.

El amor que entregué a quienes ya perdí fue suficiente para expresar todo lo que por ellos sentía, y lo entregué cuando debía entregarlo, ahora ya no vale recordarlo o añorarlo, me entregué a ellos y ahora es tiempo de dejarlo ir, de dejarlo atras, porque el aferrarme a un recuerdo no me los devolverá.

No importa cuanto he perdido, pues todo me ha enseñado y ahora puedo volver a empezar, con mas fuerza y calidad. No importa que algunos ya no estén, porque ahora hay muchos que algún día tampoco estarán. No importan los recuerdos, como recuerdos, importan en cuanto fueron instantes vividos de inmensa felicidad. Solo se trata de soltarlo... soltarlo y dejarlo ser. SE TRATA DE VIVIR... vivir y nada mas.

la mente y sus placeres

Mirar atrás y recordar esas charlas fascinantes que duraban toda una noche y parecía quedar mucho mas por hablar; esa sensación de placer inmenso, que no llega a ser sexual pero que inunda de emoción el pecho, es como cuando se ve pasar a la persona que a uno le gusta, quizá menos intenso, pero más duradero. Encontrar a alguien así capaz de despertar tan profundas sensaciones, se complica cada vez más con el tiempo, llega la resignación y se deja de buscar el placer intelectual y sólo queda conformarse con el físico.

No obstante, hay pequeños instantes en los que se logra vislumbrar en uno u otro individuo algo de aquello que tanto se ha deseado, se goza, se disfruta al pensar que quiza pueden volver a llegar placeres tan intensos para la mente, pero es sólo la ilusión; poco a poco se van evaporando.

El corazón desesperado busca aferrarse a lo que sea, a espejismos o migajas; empieza a fantasear, hace del otro un súper héroe con la loca ilusión de que realmente lo sea; no importa si es verdadero o falso, es el deseo de volver a vivir lo que otros antes le proporcionaron, aquel placer intelectual que se resume en un orgasmo.

LA SOLEDAD

Los lazos que construimos se fundamentan en el apego, desde niños se establece una relación de apego hacia los padres, hay una necesidad de compañía y de obtener el interés de alguien para que nos alimente y supla nuestras necesidades, pero cuando ese alguien se convierte en una constante en nuestras vidas, se establece una relación de apego en la que deseamos la compañía constante del ser con quien mas se ha compartido, pero esta característica no es exclusivamente humana pues muchos otros seres establecen una relación de apego no sólo hacia su misma especie sino hacia cualquiera que le haya dedicado el tiempo suficiente para hacerse necesario ; no obstante, no es un asunto estrictamente sentimental, los seres vivos necesitamos interactuar con otros en pro de la supervivencia, es casi un instinto natural de conservación, la diferencia entre unos y otros radica en la capacidad de afrontar la perdida o ausencia de aquellos seres que han tomado importancia en la vida.

 Los seres humanos a diferencia de otros, reaccionamos de forma negativa ante la separación, no sabemos afrontarla y provoca dolor, angustia,  tristeza, rabia, impotencia, resentimiento, venganza, negación; pero no es sólo la ausencia física la que conduce a dichos sentimientos, pues lo que los seres humanos deseamos es una correspondencia emocional y cuando no se siente, se empieza a cargar un peso cada vez mas grande y  doloroso.

 El perder algo que se creía o se sentía ganado genera reacciones distintas en las personas: algunos se ahogan con el dolor y la tristeza, otros se pierden entre la ira y el resentimiento, otros deciden construir un muro fuerte que los mantenga alejados de los demás, otros son atrapados por el miedo; hay muchos que se sienten incapaces de interactuar y prefieren apartarse y encerrarse en si mismos, lo claro es que sea cual sea la decisión que se tome, ya nada produce felicidad; se ve reflejado incluso físicamente, muchos se tornan de hombros caídos y cabeza gacha, el ceño fruncido, la mirada triste o desesperada, es difícil adivinar si detrás de ella hay dolor o rabia, quizá porque hay un poco o mucho de las dos, pues a pesar de que la soledad es una realidad para todos, es muy difícil aceptarla en la vida como algo normal. Para ningún humano la soledad es agradable, por el contrario, es tan repugdiada que se prefiere no creer en ella, negar su existencia; es sólo cuando se experimenta una pérdida que la soledad incrementa su peso. Todos sabemos que forma parte de la vida, pero cuando se es correspondido emocionalmente, la soledad pierde su fuerza, es como si nunca hubiese existido o como si su brazo no alcanzara a llegar; en ocasiones pierde tanto su fuerza que muchos hablan de ella con indiferencia, como si realmente no importara o como si fuera bueno y deseable vivir en soledad.

Es imposible dejar de estar sólo, no importa con cuantos se comparta, que tan interesante, atractivo o popular pueda ser; la realidad es que siempre estaremos sólos y es únicamente cuando se tome conciencia de ello, cuando se podrá superar la tristeza que culturalmente acompaña a la soledad. 

La soledad no es sólo algo mío, es de cada uno de los seres que habitan el universo; es lo que nos da independencia y nos hace únicos; sin embargo, así como cada célula de nuestro cuerpo esta sola y tiene sus propios objetivos; también forman parte de un conjunto y al ineractuar logran hacer funcionar muchos organismos. 

Los animales experimentan la soledad y se entristecen cuando son abandonados por el ser que causa sus apegos, sin embargo no se quedan en la tristeza de la ausencia, se concentran en la alegría de cada momento y en la felicidad de algún eventual encuentro.